Preguntas frecuentes

1. Introducción a la psicología infantil y juvenil

¿Por qué es importante la psicología infantil?

La psicología infantil es esencial porque se centra en el desarrollo emocional, cognitivo, social y comportamental de los niños, y contribuye de forma significativa a su bienestar a largo plazo. Este campo permite entender mejor cómo se forman la personalidad, los patrones de pensamiento y las relaciones interpersonales desde las primeras etapas de la vida, y permite prevenir trastornos futuros y mejorar sus habilidades sociales, emocionales y académicas.

La psicología infantil cubre desde el nacimiento hasta los 12 años aproximadamente y se centra en su desarrollo en el ámbito cognitivo, emocional, social y físico.

La psicología juvenil comprende entre los 12 y los 18 años y se focaliza en los cambios propios de la adolescencia, como la construcción de la identidad personal, la consecución de la autonomía y las relaciones sociales. 

2. Cuando es necesario buscar atención psicológica

Por lo general, hay que considerar la consulta con un psicólogo cuando un niño o adolescente manifiesta conductas inadecuadas (por exceso o por ausencia de acciones propias de su edad) que se repiten con frecuencia, tienen una intensidad desproporcionada o provocan un deterioro significativo en el rendimiento escolar, las relaciones familiares o la interacción con sus compañeros.

Sin embargo, en ocasiones la consulta al psicólogo será para asesorar a los padres ante algunas dudas que pueden surgir en un momento determinado de su desarrollo evolutivo. En estos casos, la figura del psicólogo infantil puede establecer las causas y dar orientaciones a los padres sin mayores intervenciones.

No hay una edad recomendada para realizar la primera consulta. El psicólogo infantil estudia todas las etapas del desarrollo infantil desde su nacimiento. Es importante que los padres hagan de observadores, ya que sois quien más conoce a sus hijos/as y sois quien podrá detectar los cambios repentinos y las conductas diferentes que tiene. Quizás la consulta se queda en un hecho puntual, pero puede ser de gran importancia para la detección precoz de una patología.

3. Funcionamiento y detalles de la terapia

Una sesión de psicología para niños y adolescentes está diseñada para ser un espacio seguro, de confianza y adaptado a la edad y necesidades de cada uno según los objetivos de trabajo. Durante la sesión, se aplican técnicas como el juego, los dibujos o las conversaciones guiadas para comprender los sentimientos del paciente y desarrollar sus habilidades emocionales y conductuales. 

Para saber más del tratamiento específico que se utilizaría en su caso, puede programar una primera entrevista con la familia aquí.

Debemos dar una explicación adecuada a la edad del niño o adolescente. Es importante no mentir ni evitar mencionar la palabra "psicólogo", tratando el tema con naturalidad.

A los más pequeños, podemos explicarles que iremos a un lugar donde se realizan juegos y actividades con personas que se llaman psicólogos, que están allí para escuchar nuestros problemas y ayudarnos a sentirnos mejor.

En el caso de niños mayores o adolescentes, es necesario hablar de forma abierta sobre la necesidad de ir al psicólogo, poniendo énfasis en que quizás toda la familia necesita orientaciones para afrontar los problemas que puedan surgir en casa. Esto permite quitarles la carga de sentirse responsables de tener un "problema" y puede facilitar que sean más receptivos a la consulta.

También podemos explicar que el psicólogo no solo trata trastornos clínicos, sino que actúa como un entrenador para ayudar a niños y adolescentes “normales” a mejorar o ajustar ciertos aspectos de su funcionamiento personal. De esta forma, se rompe el estigma de asociar. El psicólogo con la enfermedad y se presenta como oportunidad para crecer, cambiar y mejorar personalmente.

Es normal que algunos niños y adolescentes muestren resistencia a la hora de ir a terapia. Ese rechazo tal vez sea porque no entienden qué implica, porque se sienten juzgados o simplemente porque no quieren reconocer que necesitan ayuda.

En algunos casos, especialmente en intervenciones conductuales, no siempre es necesario intervenir directamente con el/la menor. Por eso, os recomendamos que nos contactéis por teléfono o correo electrónico para explicarnos vuestro caso. Un profesional podrá asesorarle sobre cómo motivarlo y explorar formas alternativas de ayuda adaptadas a su situación.

Llevar a un hijo/a terapia sin el consentimiento de uno de los progenitores puede ser una situación compleja, ya que depende del contexto legal y familiar. 

Es importante tener en cuenta que la terapia tiene como objetivo mejorar el bienestar del menor, y cuando ambos progenitores están de acuerdo, los resultados suelen ser más efectivos. Si tienes dudas, te recomendamos que nos consultes para valorar la situación y obtener orientación personalizada.

Si tu hijo/a no conecta con la psicóloga, es importante hablar con ella para comprender las posibles razones y explorar las soluciones. Puede que el niño o adolescente necesite más tiempo para sentirse cómodo o que su estilo de trabajo no sea el más adecuado para él. En estos casos, puede valorarse la posibilidad de probar con otro profesional para asegurar el éxito del tratamiento. 

No es necesario tener un diagnóstico para empezar la terapia psicológica. De hecho, muchas personas acuden a terapia por dificultades emocionales, comportamentales o relacionales sin un diagnóstico específico. El psicólogo puede evaluar la situación durante las primeras sesiones, identificar las áreas que se pueden trabajar y, si es necesario, evaluar de forma más profunda para establecer un diagnóstico más adelante.

4. Duración, frecuencia y costes del tratamiento

Depende de cada caso y de la problemática a tratar. En algunos casos, no es necesario un proceso terapéutico y basta con una única visita de asesoramiento y orientaciones familiares. En otros, será necesario un trabajo psicoterapéutico más profundo, con el objetivo de conocer, revisar y modificar los aspectos más esenciales y centrales de la personalidad, tarea que suele requerir varios meses.

La frecuencia de las sesiones de terapia para tu hijo/a depende de la edad, la naturaleza del problema y las recomendaciones del psicólogo. Este establecerá un plan de tratamiento personalizado, revisando la evolución del menor y ajustando la frecuencia según sea necesario. 

A medida que tu hijo/a progrese en la terapia, la frecuencia de las sesiones podría disminuir. Lo importante es que el tratamiento sea flexible y se adapte a las necesidades que vayan surgiendo.

Sabemos que cada caso es único, y requiere especial atención. Por eso preferimos proporcionarte toda la información necesaria sobre nuestros servicios de manera personalizada una vez conozcamos el motivo de consulta, adaptándonos a las necesidades particulares de su familia. Esto incluye la metodología que utilizamos, la duración de las sesiones y cualquier otra consulta que puedas tener.

Para conocer más detalles sobre el funcionamiento y las condiciones de nuestros servicios, incluidos los precios, puedes contactar por correo electrónico o llamada telefónica.

Sí, en ocasiones con una sola sesión de orientación y asesoramiento familiar enfocada en su malestar o en sus dudas ya suele tener efectos terapéuticos y contribuye en la generación de cambios en los diversos entornos, ahorrando a veces la necesidad de un futuro proceso terapéutico más complejo.

5. Participación de los padres y colaboración con el entorno

Sí, en psicología infantil es fundamental que los padres participen en las sesiones de terapia, sea de forma activa o indirecta, dependiendo del tipo de tratamiento y las necesidades del niño o adolescente. Su implicación es esencial para obtener los mejores resultados, puesto que pueden aprender estrategias y pautas para aplicar en casa y reforzar el trabajo realizado durante las sesiones. En algunos casos, las sesiones incluyen entrevistas con los padres para proporcionarles soporte y orientación.

Sí, las sesiones de psicoterapia juvenil son confidenciales para los adolescentes, siempre que no haya riesgo de daño para ellos mismos u otras personas. El psicólogo respeta su privacidad y solo comparte con sus padres la información necesaria para garantizar el bienestar del adolescente; y siempre con su previo consentimiento. Sin embargo, es fundamental que el psicólogo explique al adolescente los límites de la confidencialidad desde el inicio del proceso terapéutico.

La frecuencia de la devolución sobre lo que se está trabajando en las sesiones puede variar según el proceso terapéutico y las necesidades de tu hijo/a. Por lo general, es habitual recibir retroalimentación después de cada sesión o cada cierto tiempo, para informar sobre los avances, los objetivos trabajados y las estrategias utilizadas; así como ofrecer recomendaciones por la familia. 

Si teniu dubtes sobre la freqüència o el contingut de la devolució, us recomanem parlar amb el psicòleg per acordar un pla de comunicació que s’ajusti a les vostres expectatives i s’adapti a les necessitats del teu fill/a i a la vostra situació.

La frecuencia de las reuniones con la escuela depende de las necesidades de tu hijo/a y de los objetivos de la colaboración entre el psicólogo y la escuela.

Si tienes dudas sobre la frecuencia, puedes hablar con el psicólogo para definir un plan que se adapte a sus necesidades específicas.

6. Modalidades de terapia y flexibilidad

Sí, las sesiones de psicología infantil se pueden realizar de manera online y pueden ser igualmente efectivas, siempre que se adecuen a las necesidades y capacidades del niño; y siempre que el profesional utilice herramientas adecuadas.

Sí, generalmente es posible compaginar la terapia con los horarios escolares y actividades extraescolares de tus hijos/as. Los psicólogos suelen ser flexibles en horarios para adaptarse a las necesidades de las familias.

Sí, si tienes algún imprevisto, puedes anular la sesión. Se solicita que la cancelación se realice con un margen de 24 horas de antelación para evitar que la sesión sea cobrada. Esto permite al psicólogo reorganizar su agenda y, si cabe, asignar la sesión a otro paciente. Si la cancelación se realiza con menos tiempo, se abonará el importe de la sesión completa.