El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno neurológico que afecta al desarrollo de muchos niños y adolescentes, causando dificultades en las funciones ejecutivas como la atención, la hiperactividad y la impulsividad.
El TDAH es crónico, es decir, no desaparece necesariamente con la edad, y los adolescentes con este trastorno deben a menudo enfrentarse a nuevos retos, como la gestión del tiempo, la autonomía y las relaciones sociales más complejas. Los síntomas pueden mantenerse, aunque la hiperactividad suele disminuir. La adolescencia es una etapa crítica para intervenir y ofrecer ayuda, puesto que el tratamiento adecuado puede prevenir complicaciones como la baja autoestima, los problemas emocionales o incluso el abuso de sustancias. Por este motivo, es fundamental identificarlo a tiempo para iniciar un tratamiento adecuado.
Pero, ¿qué significa realmente este trastorno y cuáles son las características que las familias deben tener en cuenta? Es importante que las familias estén informadas para poder reconocer los signos y actuar a tiempo, puesto que el tratamiento adecuado puede mejorar significativamente la calidad de vida de los niños y niñas con TDAH.
Síntomas del TDAH: ¿Cómo identificarlos?
Falta de atención
- Dificultad para prestar atención a los detalles; comete errores por descuido.
- Problemas para mantener la concentración en labores, juegos o conversaciones.
- No escucha cuando se le habla directamente.
- Incapacidad para seguir instrucciones o completar tareas escolares y domésticas.
- Desorganización en actividades y materiales.
- Evita tareas que requieran esfuerzo mental sostenido.
- Pierde objetos necesarios para realizar actividades (utensilios escolares, juguetes, etc.).
- Se distrae fácilmente con estímulos irrelevantes.
- Se olvida de cumplir actividades diarias (trabajos domésticos, citas).
Hiperactividad
- Movimiento constante, incluso en situaciones en las que debería estar quieto.
- Dificultad por permanecer sentado en clase o reuniones.
- Corre, sube o se desplaza en momentos inapropiados.
- Inquietud física: removerse en el asiento, dar palmaditas con las manos o los pies.
- Hablar en exceso o no poder participar en actividades de forma tranquila.
Impulsividad
- Actuar sin pensar en las consecuencias.
- Interrumpir conversaciones, juegos o actividades de otros.
- Responder antes de que acaben las preguntas.
- Dificultad por esperar el turno en actividades grupales.
Los tipos de TDAH varían según la combinación de estos síntomas. Puede que el niño presente principalmente problemas de atención, hiperactividad o una combinación de ambos. En ocasiones, los síntomas pueden parecer similares a otros trastornos como el autismo o incluso a los trastornos de aprendizaje, por lo que es importante obtener un diagnóstico preciso. En este sentido, los test y evaluaciones psicológicas realizados por un profesional de la psicología infantil son fundamentales.
¿Cómo la psicología infantil puede ayudar a tu hijo?
Cuando sospechas que tu hijo puede tener TDAH, el primer paso es buscar ayuda psicológica.
Los psicólogos utilizan diferentes tests y herramientas de evaluación para conocer más a fondo las características y las causas del TDAH, y así evaluar sus necesidades específicas y establecer un tratamiento adecuado para su hijo. Estos tests no solo identifican a los síntomas del TDAH, sino que también ayudan a diferenciarlo de otros trastornos que pueden presentar similares características. Por ejemplo, el autismo o trastornos de aprendizaje también pueden compartir ciertos aspectos con el TDAH, como la dificultad de concentración o problemas sociales.
¿Qué tratamientos son los más efectivos?
El tratamiento para el TDAH puede ser diverso y depende de las necesidades de cada caso. Los psicólogos infantiles utilizan una combinación de terapia conductual, estrategias para mejorar el autocontrol y recomendaciones para la escuela para ayudar a los niños a gestionar sus síntomas. Además, es común que en algunos casos también se recomiende el apoyo de medicamentos para ayudar en la concentración o reducir la hiperactividad, aunque este aspecto siempre debe ser supervisado por un médico.
- Terapia conductual: Esta terapia les ayuda a aprender técnicas para regular sus comportamientos impulsivos y para mejorar la atención en actividades escolares y sociales. Además, los psicólogos enseñan a los padres cómo aplicar estas técnicas en casa para reforzar el trabajo realizado durante las sesiones.
- Técnicas de autocontrol y organización: Son muy útiles para ayudar a los niños y niñas con TDAH a establecer rutinas diarias y gestionar mejor el tiempo. Esto es particularmente importante en la adolescencia, cuando las exigencias académicas y sociales aumentan.
- Apoyo educativo: En la escuela, los maestros pueden proporcionar adaptaciones para ayudar a los niños con TDAH, como por ejemplo, más tiempo para realizar los exámenes, sentarse en primera fila, señalarles exactamente lo que se les está pidiendo o un entorno más tranquilo para estudiar.
Reconocer los síntomas del TDAH a tiempo es el primer paso para ayudar a tu hijo/a a superar los retos que este trastorno puede comportar. El tratamiento psicológico, combinado con la ayuda de profesionales, puede proporcionar estrategias efectivas para mejorar la atención, el comportamiento y las relaciones sociales. Si tienes dudas o sospechas de que tu hijo/a puede tener TDAH, consulta los pasos a seguir o contáctame por correo electrónico o mediante el formulario de contacto.