- Tristeza persistente o irritabilidad.
- Pérdida de interés por actividades que antes disfrutaban.
- Alteraciones en el apetito y el sueño.
- Dificultad para concentrarse y bajo rendimiento escolar.
- Aislamiento social y cambios en las relaciones con amigos y familiares.
- Pensamientos de desesperanza o culpa.
- Pensamientos de muerte o suicidio (en casos graves).
Es importante que los padres sean capaces de distinguir entre la tristeza, un estado emocional y la depresión. Si los síntomas persisten durante más de dos semanas, deben ser motivo de consulta a un profesional de la salud mental.
Factores de riesgo de la depresión
- Factores biológicos: Los niños con antecedentes familiares de depresión tienen más riesgo de sufrirla.
- Factores ambientales: Situaciones estresantes como problemas familiares, acoso escolar, pérdidas significativas o cambios importantes en la vida (como el divorcio de los padres) pueden ser desencadenantes.
- Trastornos asociados: En algunos casos, la depresión infantil puede coexistir con otros trastornos, como el autismo o la ansiedad, complicando los síntomas y la identificación del problema.
¿Cómo puede ayudar un psicólogo a tratarla?
La intervención psicológica es una de las soluciones más efectivas para abordar la depresión infantil y adolescente. Si cree que su hijo/a presenta síntomas de depresión, es importante realizar una evaluación psicológica completa. Con esta se podrán identificar las causas profundas de la depresión, y le ayudará a diseñar un plan de tratamiento individualizado que incluya técnicas de intervención psicológica adaptadas a las necesidades específicas del niño o adolescente.
El tratamiento psicológico para la depresión infantil a menudo incluye:
- Psicoterapia cognitivo-conductual (TCC): Esta técnica ayuda a los niños/as y adolescentes a identificar los pensamientos negativos que les afectan ya cambiarlos por pensamientos más saludables. También se trabaja en habilidades sociales y estrategias de afrontamiento para mejorar su autoestima y resiliencia.
- Psicoeducación: La participación activa de la familia es esencial para ayudar al niño a afrontar la depresión. Educar a los padres sobre la depresión infantil es fundamental para entender el trastorno y poder implementar cambios en casa que faciliten la recuperación del niño. El psicólogo trabajará con los padres para enseñarles cómo apoyar adecuadamente en casa.
Actuar de forma precoz y recurrir a un profesional puede marcar la diferencia en el bienestar emocional de tu hijo. La depresión infantil y adolescente, si no se trata a tiempo, puede tener consecuencias a largo plazo en su vida emocional, académica y social. Con un tratamiento adecuado, que incluya psicoterapia y, si es necesario, medicación, la mayoría de niños y adolescentes pueden recuperarse completamente.
Si necesitas más información sobre cómo empezar a ayudar a tu hijo/a e iniciar su tratamiento, consulta los pasos a seguir o contáctame por correo electrónico o mediante el formulario de contacto.