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Cómo ayudar tu hijo o hija a afrontar la ansiedad infantil: la importancia de la terapia psicológica

La ansiedad infantil es una preocupación frecuente para muchas familias, ya que puede afectar a áreas importantes de la vida cotidiana de los niños, como la escuela, las relaciones sociales e incluso su bienestar físico. Aunque es normal que los niños experimenten momentos de tensión o preocupación, se convierte en un problema cuando los síntomas son intensos, persistentes e interfieren con las actividades diarias. En estos casos, es fundamental buscar ayuda especializada para ayudarles a gestionar y superar sus miedos.

¿Qué es la ansiedad infantil y cómo se manifiesta?

La ansiedad infantil es una respuesta natural a situaciones percibidas como peligrosas o amenazadoras. Sin embargo, cuando esta respuesta se torna desproporcionada, puede tener un impacto negativo en el niño. Puede observarse a edades como los 6, 8 o 9 años, pero se hace más evidente en momentos clave, como el inicio de la escuela, actividades sociales o cambios importantes en el entorno familiar.

Síntomas comunes:

  • Miedos excesivos: Por ejemplo, el miedo a la separación de los padres (ansiedad por separación) o a situaciones nuevas, como empezar una escuela nueva.
  • Problemas de sueño o dolores físicos: Dificultad para dormir, dolores de cabeza o dolores de estómago.
  • Inquietud o irritabilidad: Dificultades para concentrarse o estar más irritable que de costumbre.
  • Evitación de situaciones sociales: Los niños con ansiedad social pueden evitar interactuar con otros niños/as o hablar en público.

¿Qué tipo de terapia es eficaz? ¿Y cuánto dura el tratamiento?

El tratamiento más recomendado es la terapia cognitivo-conductual (TCC). Esta técnica se enfoca a identificar y modificar los pensamientos negativos que alimentan la ansiedad, ayudando al niño a desarrollar estrategias para gestionar sus temores. También existen otras técnicas complementarias como:

  • Mindfulness: Para mejorar la concentración y reducir el estrés.
  • Técnicas de respiración profunda: Ayudan a calmar la ansiedad en momentos de tensión.
  • Estrategias de relajación: Actividades que promueven un estado de tranquilidad.

La duración del tratamiento puede variar según la gravedad de la ansiedad y la respuesta del niño a la terapia. Por lo general, la TCC tiene una duración de 8 a 16 sesiones, con el objetivo de proporcionar herramientas prácticas para gestionar las situaciones de estrés. En casos más graves, el tratamiento puede ser más prolongado.

¿Cómo ayudar a calmar la ansiedad en casa?

Los padres desempeñan un papel fundamental en la gestión de la ansiedad de sus hijos. Aquí tienes algunas estrategias útiles:

  1. Establecer rutinas: Una rutina bien definida proporciona seguridad y estabilidad a los niños.
  2. Prácticas de relajación: Enséñales técnicas sencillas como la respiración profunda para utilizar en momentos de angustia.
  3. Fomentar la comunicación: Anímales a hablar sobre sus temores. Explica qué es la ansiedad y cómo se puede gestionar, ayudándole a entender que es una emoción natural que puede controlar.
 

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